Así es el cuarto de los putters de oro de Ping
En medio de la planta de la marca Ping, ubicada en Phoenix Arizona, se encuentra ubicado un cuarto bastante particular y que no está destinado al diseño de productos, sino que por el contrario se encarga de guardarlos. Se trata del cuarto de los putters de oro del fabricante, un cuarto en el que se conmemora cada victoria amateur en un Major o cada victoria dentro del Tour profesional conseguida por un golfista que sea parte de la marca.
El cuarto, que alberga más de 3.000 putters de oro contiene entre otros: dos putters de Tiger por sus dos triunfos en el US Amateur, al igual que recuerdos por las victorias de Annika y Zoeller, recientes ganadoras en la gira femenina y quienes también hacen parte del “staff” de la marca.
Cada uno de los putters que allí residen y que son una réplica exacta del que usó cada golfista, está organizado de manera alfabética según el apellido, haciendo sencillo encontrar cualquiera que se busque, se trate de Woods, Sorenstam u otro, por lo que cada detalle parece estar bien planeado.
Según la empresa, la cifra de 3000 putters bañados en oro ya fue superada, pero hay un detalle particular que vale la pena mencionar, cuando en 1995 John Solheim se hizo presidente de la compañía que había creado su padre Karsten, cambió un poco la modalidad y no solo envió una réplica exacta de estos putters bañados en oro a los ganadores, sino que envió una réplica de oro macizo.
Sin embargo, no todos son putters, también pueden encontrarse algunos palos de golpes históricos: tres Eye2 Sand Wedges de Bob Tway, Paul Azinger y Jeff Maggert. Así como dos hierros usados en el Masters de 2012: el hierro 4 S57 de Louis Oosthuizen con el que embocó su doble águila en el hoyo 2 y el wedge con el que Bubba Watson consiguió un tiro increíble que terminó por darle la victoria en el play off.
Para concluir, vale la pena anotar que es Severiano Ballesteros quien más putters tiene en la colección con un total de 44, mientras que Lee Westwood tiene 43 y se quedaría con la medalla dorada.
Todo un cuarto para visitar, ¿no les parece?