Si bien la gran diferencia entre los jugadores profesionales y el resto está concentrada en la capacidad de fallar poco y acertar sin mayor dispersión. Hay un número que marca la diferencia y acá les contamos de cuál se trata.

El golf no es un juego en el que solamente importa la distancia, pues si bien ese es un ítem clave para lograr los objetivos. Lo cierto es que vale más la precisión y por eso los jugadores de buen juego corto y los que no son pegadores largos también han logrado brillar a lo largo de los años. Tal como ha sucedido con figuras como Jordan Spieth o Matt Kuchar, entre muchos otros.

Sin embargo, cuando uno escucha a los jugadores aficionados hablar. Lo primero que se escucha en sus charlas es que pegaron un drive de 300 yardas o más, que su bola casi que recorrió un hoyo sin tocar el suelo y que su segundo tiro, bueno o malo, no era de más de 120 yardas. Pero en lo anterior, hay que hacer una salvedad, un nuevo estudio determinó qué tan seguido pegan los aficionados drives de más de 300 yardas.

En un análisis realizado por la marca Arcos Golf, que lleva una tarjeta de rendimiento del juego de varios golfistas, a nivel de Estados Unidos. Se evidencia una gran diferencia que, si uno analiza con detenimiento, encontrará que es real. Los jugadores de hándicap 10 o un par de dígitos menos, pegan 1.7% de sus drivers de más de 300 yardas, es decir, solo uno de 17 golpes con este palo supera esa distancia.

Dicho lo anterior, hay que hacer otra salvedad, el promedio de un drive para los jugadores aficionados “normales”, es de 225 yardas, más o menos. Entretanto, el promedio de un drive para los jugadores scratch es de 259 yardas, un total que está bastante lejos del promedio del Tour.

El promedio de los jugadores del PGA Tour, estudiado en diferentes sistemas y teniendo una fuente de confianza, como el mismo Tour, es de 299.9, un valor que no alcanza el mencionado 300. Aunque, claramente, hay un grupo importante de pegadores que son encabezados por el norirlandés, Rory McIlroy, con promedio de 326,6 yardas.

Dicho lo anterior, ojalá esto sirva para que los jugadores aficionados disfruten más de este deporte, pues muchas veces están pensando que en cada golpe deben alcanzar las mencionadas 300 yardas, sin embargo, esto es algo a lo que muy pocos golfistas llegan y para eso tienen equipos adecuadamente ‘fitteados’, algo que es clave para tener buena distancia.

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